El 2 de junio de 1740 nace Donatien Alphonse-François, hijo único de Jean-Bastiste François Joseph de Sade, y de Marie Eleonore de Maille de Carman, de sangre borbónica, emparentada con el rey de Francia. Nace en el palacio de los príncipes de Condé, borbones de la misma rama de los reyes de Francia, y allí pasará su primera infancia ya que su madre es dama de compañía de la princesa.
Cuando Donatien cuenta cuatro años de edad, Marie Eleonor abandona el empleo de dama de compañía de la princesa para acompañar a su marido en los viajes a los que le obliga su condición de diplomático. Donatien, el 14 de agosto de 1744, es enviado al castillo de Saumane quedando a cargo de su abuela y de sus tías paternas. Pasados unos meses, por encargo de su padre, el 24 de enero de 1745, su tío paterno, Jacques-Francois-Paul-Aldonse, entonces abad de Saint-Leger d'Ebreuil, se lo lleva consigo para encargarse de su educación. A Donatien se le asigna como tutor al abbe Jaques Francois Amblet.
Sin que exista constancia de la fecha, cuando Donatien cuenta seis o siete años de edad, su madre ingresa en un convento de París.
En 1750, con diez años, vuelve a París en compañía del abbe Amblet e ingresa en un prestigioso colegio jesuita. (Amblet le acompañará durante gran parte de su vida. En su encierro de catorce años en diferentes fortalezas, Donatien, le entregará sus obras para que las lea. En ese tiempo, Amblet continúa dándole consejos literarios.)
El 24 de mayo de 1754, cuando todavía no ha cumplido los catorce años, ingresa en la academia militar. En 1755 (17 de diciembre) accede, con el grado de subteniente, al Regimiento de Caballería Ligera de La Guardia del Rey, pasando a formar parte de la élite del ejército francés.
El 19 de mayo de 1756 se ha declarado la que se denominará Guerra de los Siete Años. Donatien, que aún no ha cumplido los 16 años, recibe su bautismo de fuego. Con el grado de teniente, al mando de cuatro compañías, participa en la toma de Mahón a los Ingleses. Una crónica de La Gaceta de París informa: "El marqués de Briqueville y el señor de Sade atacaron con energía la fortaleza y tras un acalorado y mortífero intercambio de fuego, consiguieron, mediante ataques frontales, tomar el objetivo y establecer una cabeza de puente." En ese asalto murieron más de cuatrocientos franceses. Más tarde lo trasladarían al frente de Prusia. El 14 de enero de 1757, ya en Prusia, le nombran porta estandartes en el Regimiento de Carabineros del Rey y el 21 de abril le nombran capitán.
El 10 de febrero de 1763 se firma el Tratado de París que pone fin a la guerra. Donatien es licenciado. Regresa a La Coste. Durante los meses siguientes su padre negocia su boda con los Monreuil, pertenecientes a la nueva nobleza, con una excelente posición económica e influencias en la corte gracias a la inteligencia y carácter de Madame Montreuil. Donatien, enamorado de una jovencita de la nobleza de La coste, la señorita de Laurais, de Vacqueyras, y que ya había expresado a su padre sus deseos de casarse por amor, accede a la imposición paterna. El 1 de mayo los reyes dan su consentimiento en presencia de las dos familias y la llamativa ausencia de Donatien. El 15 de mayo se firma el contrato matrimonial entre Donatien de Sade y Renèe-Pélagie Cordier de Launay de Montreuil, es en ese momento cuando Donatien y Renee se ven por primera vez; casándose dos días después, el 17 de mayo, en la iglesia de Saint-Roch de París. El matrimonio tendría dos hijos, Louis-Marie y Donatien-Claude-Armand, y una hija, Madeleine-Laure.
En su novela Aline y Valcour o la novela filosófica, escrita durante su confinamiento en La Bastilla, encotramos un fragmento referido a su infancia y adolescencia que se considera autobiográfico.
El matrimonio Sade después de su boda se instala en el castillo de Échaffars, en Normandía, propiedad de la familia de Renèe, viviendo a su cargo según lo convenido en el contrato matrimonial.
Transcurridos cinco meses surge el primer incidente. Sade viaja a París y el 29 de octubre de 1763 es arrestado y conducido a la fortaleza de Vincennes por orden del Rey. Se desconocen los motivos últimos de este arresto. En todo caso el arresto está relacionado con una o varias jornadas de libertinaje y un misterioso manuscrito. Sade pasa 15 días encerrado hasta que la familia de su mujer se hace cargo de él y retorna a Échaffars con la orden de no abandonar la provincia sin la autorización real.
El 3 de abril de 1764 se recibe el permiso del Rey que le autoriza a permanecer en París durante 3 meses. El 17 de mayo toma a su cargo la dirección de un teatro en Evry, a 30 km de París, en el que se representarán obras de autores contemporáneos, pudiendo Sade, haber protagonizado alguna de ellas. El 26 de mayo toma posesión de su cargo de teniente general gobernador de Bresse, Bugey, Valromey y Gex ante el parlamento de Dijon. Ese verano lo pasa en París y el 11 de septiembre es revocada definitivamente la orden real de confinamiento.
A finales de 1764 el matrimonio Sade se encuentra instalado en París, también en el domicilio de los Montreuil. Sade toma sucesivamente varias amantes y recurre con asiduidad a los servicios de prostitutas. Si hacemos caso a esta carta, Sade en aquella época todavía añoraba una boda por amor:
Los días, que en un matrimonio por conveniencia sólo traen consigo espinas, hubieran dejado que se abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese recogido esos días que ahora aborrezco. De la mano de la felicidad se hubieran desvanecido demasiado deprisa. Los años más largos de mi vida no tendrían suficiente para ponderar mi amor. En veneración continua me arrodillaría a los pies de mi mujer y las cadenas de la obligación, siempre recubiertas de amor, habrían significado para mi corazón arrebatado sólo grados de felicidad. ¡Vana ilusión! ¡Sueño demasiado sublime!
Carta del Marqués de Sade
Cuando Donatien cuenta cuatro años de edad, Marie Eleonor abandona el empleo de dama de compañía de la princesa para acompañar a su marido en los viajes a los que le obliga su condición de diplomático. Donatien, el 14 de agosto de 1744, es enviado al castillo de Saumane quedando a cargo de su abuela y de sus tías paternas. Pasados unos meses, por encargo de su padre, el 24 de enero de 1745, su tío paterno, Jacques-Francois-Paul-Aldonse, entonces abad de Saint-Leger d'Ebreuil, se lo lleva consigo para encargarse de su educación. A Donatien se le asigna como tutor al abbe Jaques Francois Amblet.
Sin que exista constancia de la fecha, cuando Donatien cuenta seis o siete años de edad, su madre ingresa en un convento de París.
En 1750, con diez años, vuelve a París en compañía del abbe Amblet e ingresa en un prestigioso colegio jesuita. (Amblet le acompañará durante gran parte de su vida. En su encierro de catorce años en diferentes fortalezas, Donatien, le entregará sus obras para que las lea. En ese tiempo, Amblet continúa dándole consejos literarios.)
El 24 de mayo de 1754, cuando todavía no ha cumplido los catorce años, ingresa en la academia militar. En 1755 (17 de diciembre) accede, con el grado de subteniente, al Regimiento de Caballería Ligera de La Guardia del Rey, pasando a formar parte de la élite del ejército francés.
El 19 de mayo de 1756 se ha declarado la que se denominará Guerra de los Siete Años. Donatien, que aún no ha cumplido los 16 años, recibe su bautismo de fuego. Con el grado de teniente, al mando de cuatro compañías, participa en la toma de Mahón a los Ingleses. Una crónica de La Gaceta de París informa: "El marqués de Briqueville y el señor de Sade atacaron con energía la fortaleza y tras un acalorado y mortífero intercambio de fuego, consiguieron, mediante ataques frontales, tomar el objetivo y establecer una cabeza de puente." En ese asalto murieron más de cuatrocientos franceses. Más tarde lo trasladarían al frente de Prusia. El 14 de enero de 1757, ya en Prusia, le nombran porta estandartes en el Regimiento de Carabineros del Rey y el 21 de abril le nombran capitán.
El 10 de febrero de 1763 se firma el Tratado de París que pone fin a la guerra. Donatien es licenciado. Regresa a La Coste. Durante los meses siguientes su padre negocia su boda con los Monreuil, pertenecientes a la nueva nobleza, con una excelente posición económica e influencias en la corte gracias a la inteligencia y carácter de Madame Montreuil. Donatien, enamorado de una jovencita de la nobleza de La coste, la señorita de Laurais, de Vacqueyras, y que ya había expresado a su padre sus deseos de casarse por amor, accede a la imposición paterna. El 1 de mayo los reyes dan su consentimiento en presencia de las dos familias y la llamativa ausencia de Donatien. El 15 de mayo se firma el contrato matrimonial entre Donatien de Sade y Renèe-Pélagie Cordier de Launay de Montreuil, es en ese momento cuando Donatien y Renee se ven por primera vez; casándose dos días después, el 17 de mayo, en la iglesia de Saint-Roch de París. El matrimonio tendría dos hijos, Louis-Marie y Donatien-Claude-Armand, y una hija, Madeleine-Laure.
En su novela Aline y Valcour o la novela filosófica, escrita durante su confinamiento en La Bastilla, encotramos un fragmento referido a su infancia y adolescencia que se considera autobiográfico.
El matrimonio Sade después de su boda se instala en el castillo de Échaffars, en Normandía, propiedad de la familia de Renèe, viviendo a su cargo según lo convenido en el contrato matrimonial.
Transcurridos cinco meses surge el primer incidente. Sade viaja a París y el 29 de octubre de 1763 es arrestado y conducido a la fortaleza de Vincennes por orden del Rey. Se desconocen los motivos últimos de este arresto. En todo caso el arresto está relacionado con una o varias jornadas de libertinaje y un misterioso manuscrito. Sade pasa 15 días encerrado hasta que la familia de su mujer se hace cargo de él y retorna a Échaffars con la orden de no abandonar la provincia sin la autorización real.
El 3 de abril de 1764 se recibe el permiso del Rey que le autoriza a permanecer en París durante 3 meses. El 17 de mayo toma a su cargo la dirección de un teatro en Evry, a 30 km de París, en el que se representarán obras de autores contemporáneos, pudiendo Sade, haber protagonizado alguna de ellas. El 26 de mayo toma posesión de su cargo de teniente general gobernador de Bresse, Bugey, Valromey y Gex ante el parlamento de Dijon. Ese verano lo pasa en París y el 11 de septiembre es revocada definitivamente la orden real de confinamiento.
A finales de 1764 el matrimonio Sade se encuentra instalado en París, también en el domicilio de los Montreuil. Sade toma sucesivamente varias amantes y recurre con asiduidad a los servicios de prostitutas. Si hacemos caso a esta carta, Sade en aquella época todavía añoraba una boda por amor:
Los días, que en un matrimonio por conveniencia sólo traen consigo espinas, hubieran dejado que se abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese recogido esos días que ahora aborrezco. De la mano de la felicidad se hubieran desvanecido demasiado deprisa. Los años más largos de mi vida no tendrían suficiente para ponderar mi amor. En veneración continua me arrodillaría a los pies de mi mujer y las cadenas de la obligación, siempre recubiertas de amor, habrían significado para mi corazón arrebatado sólo grados de felicidad. ¡Vana ilusión! ¡Sueño demasiado sublime!
Carta del Marqués de Sade
La vida licenciosa de Sade en aquella época figura en los diarios del inspector Marais. Marais dependía directamente del teniente general de policía Antoine de Sartine, seguía las actividades licenciosas de los miembros de la corte, incluidos los miembros de sangre real, y se encargaba de elaborar los diarios que Sartine entregaba a Luis XV y a la Pompadour para su entretenimiento. En ellos se hace referencia a sus aventuras con la actriz Mlle Colette que comparte como amante con otro noble de la época.
En 1765 toma como amante a la Beauvoisin, una de las cortesanas más cotizadas de la corte. Sade abandona su domicilio conyugal y la lleva a La Coste, donde pasará con ella unos meses. En La Coste no se priva de presentarla y en casos es confundida con su propia mujer. Esto le hace merecer los más duros reproches de su familia. Mme. Montreuil desde París se pone al habla con su tío el abad para hacerle entrar en razón:
¿Usar la fuerza para separarles? Seguramente obtendría sin dificultad del ministro todo lo que le pidiera, pero esto causaría un escándalo y sería peligroso para él: así pues, no debemos hacerlo. […] No le perdáis nunca de vista porque el único modo de tratar con él es no abandonarle ni un solo momento. Así fue como logré el año pasado separarle de Colette y hacerle entrar en razón después de convencerle de que estaba equivocado. Dudo de que ame a ésta con más ardor que a la otra: era un frenesí. Todo ha ido bastante bien desde entonces hasta que esta cuaresma se ha encaprichado de la de ahora.
Sade pasará junto a la Beauvoisin al menos dos años.
En 1767 murió su padre, legándole varios feudos, así como el título de conde de Sade. Él, sin embargo, prefirió seguir utilizando su título de marqués, que ya había sido utilizado por su familia, aunque nunca se constituyó legalmente el marquesado de Sade. Su primer hijo, Louis-Marie, nació el 27 de agosto de ese año. Después de la muerte de su padre, podría haber vuelto con la Beauvoisin.
Sade no abandona su vida licenciosa, alterna en la corte, el 16 de abril de 1767 asciende a capitán comandante en el regimiento del maestre de campo de Caballería y sigue con su afición al teatro haciendo estrenar varias comedias. También continúa apareciendo en los diarios de Marais.[10]
El 3 de abril de 1768 (Domingo de Pascua), se produce el famoso escándalo de Arcueil. Sade acude a la plaza las Victorias de París donde recurre a los servicios de una mujer llamada Rose Keller (en aquel tiempo era lugar frecuentado por prostitutas para vender sus servicios). Rose Keller, más tarde, declara estar mendigando acusándolo de atraerla con engaños a su casa de Arcueil, donde la flageló. Sade, por orden del Rey, fue encerrado en el castillo de Saumur, desde donde fue después trasladado a Pierre-Encise, cerca de Lyon, pasando por la Conciergerie de París para declarar ante el parlamento. Estuvo en prisión siete meses.
Recobrada la libertad, el matrimonio Sade vivirá los próximos años en La Coste. Allí Sade prosigue su afición por el teatro. Monta un teatro en el castillo donde da representaciones, más adelante forma una compañía profesional y recorre con ella las ciudades cercanas con un repertorio superior a las veinte obras. A finales de 1769 viaja a Holanda donde logra que le publiquen un manuscrito. Los beneficios de esa publicación sufragan los gastos del viaje.
En el verano de 1772, acontece el conocido como caso de Marsella. Sade, tras un encuentro con varias prostitutas, es acusado de haberlas envenenado con la supuestamente afrodisíaca mosca española (nadie murió), fue sentenciado a muerte por sodomía y envenenamiento y ejecutado en efigie en Aix-en-Provence el 12 de septiembre.
Sade había huido a Italia una vez enterado que iban a arrestarlo. La leyenda cuenta que huyó en compañía de su cuñada a la que habría seducido. El 8 de diciembre, se encuentra en Chambéry (Saboya) —entonces parte del reino de Cerdeña— A instancias de su suegra, la influyente Mme Montreuil, es detenido por orden del rey de Cerdeña y encerrado en el castillo de Miolans. Mme. Montreuil pide que se le entreguen, con la mayor discreción, unos manuscritos que deberían estar en su poder. Pasados cinco meses logra evadirse, probablemente con la ayuda de Renée. Los próximos años los pasará evadido en Italia, pasando temporadas en su castillo de Lacoste donde se encuentra instalada su esposa. Su suegra, que se había convertido en su más encarnizada enemiga, obtuvo una lettre de cachet, que implicaba prisión incondicional por orden directa del rey, para lograr su arresto.
Enterado de que su madre estaba agonizando, regresa a París y, al poco de llegar, el 13 de febrero de 1777, es finalmente arrestado y encarcelado en el calabozo de Vincennes. A pesar de que en el año 1778 el caso de Marsella es revisado y la sentencia anulada, debe permanecer encarcelado a causa de la lettre de cachet. Se fugó y regresó a Lacoste, volviendo a ser capturado poco después e ingresado de nuevo en Vincennes. En prisión, escribe algunas de sus obras más famosas. En Vincennes compartió cárcel por algún tiempo con Honoré Gabriel Riqueti escritor de relatos eróticos con el que llegó a tener frecuentes enfrentamientos.
En 1784 se clausuró la prisión de Vincennes y Sade fue trasladado a la Bastilla, en París. El 2 de julio de 1789, gritó desde su celda a la gente que estaba afuera que iban a degollar a los prisioneros, provocando disturbios e incitando a la Revolución. Dos días después, fue llevado al manicomio de Charenton, donde ingresó. La toma de la Bastilla, hecho que desencadenó la Revolución francesa, ocurrió el 14 de julio, cuando Sade no se encontraba ya allí. Estaba trabajando en su obra magna, Los 120 días de Sodoma y entró en un estado de desesperación cuando perdió sus manuscritos durante el traslado. No obstante, pudo volver a escribir la obra.
Fue liberado de Charenton en 1790, después que la nueva Asamblea Constituyente aboliera la lettre de cachet. Su esposa consiguió el divorcio tiempo después. Sade quedó en una difícil situación económica.
Muchas de las obras de Sade contienen explícitas —y a menudo repetitivas— descripciones de violaciones e innumerables perversiones, que en muchas ocasiones incluyen violencia y a veces llegan a trascender los límites de lo posible. Los libertinos que protagonizan las obras de Sade fundan su filosofía en un resuelto desprecio de las normas morales y en el odio a la moral religiosa. En la naturaleza, afirman, el fuerte gana y el débil pierde; por lo tanto todas las leyes y éticas, diseñadas como son para proteger al débil, son vistas como antinaturales.
Ilustración en un impreso holandés de Juliette, c. 1800Sade ha sido un autor prolífico que se ha adentrado en los muy diversos géneros. Gran parte de su obra se ha perdido víctima de numerosos ataques; uno importante, el de su propia familia que destruyó numerosos manuscritos en varias ocasiones. Otras obras permanecen inéditas, principalmente su producción dramática (sus herederos poseen los manuscritos de 14 obras de teatro inéditas).
Se conoce que en su estancia en La Coste, posterior al escándalo de Arcueil, Sade formó una compañía de teatro que daba representaciones semanales, en algunas ocasiones de sus propias obras. También se sabe que en ese tiempo viajó a Holanda para intentar publicar algunos manuscritos. De estos trabajos, que serían si primera obra, no se conserva nada. Posteriormente, durante su viaje por Italia tomó numerosas notas sobre sus costumbres, su cultura, su arte y su política; resultado de esas notas escribe Viaje por Italia que nunca ha sido traducida al español.
Ya preso en Vincennes escribe Cuentos, historietas y fábulas. Colección de cuentos muy breves entre los que destaca con mayor extensión El presidente burlado.
En 1782, también, mientras estaba en prisión, escribió el relato corto Diálogo entre un cura y un moribundo, en el que expresa su ateísmo mediante el diálogo entre un sacerdote y un viejo moribundo, quien convence al primero de que su vida piadosa ha sido un error.
La novela Los 120 días de Sodoma, escrita en 1785, aunque no terminada, cataloga una amplia variedad de perversiones sexuales perpetradas contra un grupo de adolescentes esclavizados y es el trabajo más gráfico de Sade. Se cree que el manuscrito se perdió durante el asalto a la Bastilla. La obra no se publicó sino hasta 1904.
En 1787, Sade escribió Justine o los infortunios de la virtud, una primera versión de Justine, que fue publicada en 1791. Describe las desgracias de una chica que elige el camino de la virtud y no obtiene otra recompensa que los repetidos abusos a los que es sometida por varios libertinos. Sade escribió también L'Histoire de Juliette (1798) o El Vicio Ampliamente Recompensado, que narra las aventuras de la hermana de Justine, Juliette, quien elige rechazar las enseñanzas de la iglesia y adoptar una filosofía hedonista y amoral, lo que le proporciona una vida llena de éxito.
La novela La filosofía en el tocador (1795) relata la educación lasciva de una joven privilegiada. Está estructurada como una obra teatral y es concisa, aguda y atractiva; los personajes arquetípicos de Sade son, aquí, usados eficazmente. Se destaca también el hecho que los personajes educadores enseñan a la joven Eugenia que la madre no es digna de la admiración y devoción de su hijo, dado que es el hombre el detonante principal de la vida nueva, y la mujer sólo la que se entregó a los deseos del hombre. Por otro lado, el libro contiene un largo panfleto político ¡Franceses! ¡Un esfuerzo más si deseáis ser republicanos! en el cual Sade recomienda un socialismo utópico. Declara que las leyes contra los ladrones son absurdas: protegen a los ladrones originales, los ricos, contra los pobres que no tienen otro remedio más que robar. Argumenta además que el estado no tiene derecho a prohibir el asesinato, ya que provocan asesinatos en forma de ejecuciones y guerras. Las leyes en contra de la blasfemia son vistas como sin sentido: no son necesarias si Dios no existe, y si es que existe, seguramente no le dará importancia a ataques insignificantes. El panfleto fue vuelto a publicar y distribuido durante la Revolución de 1848 en Francia.
En Aline y Valcour (1795) contrasta un brutal reino africano con el relato de la isla de Tamoe, un utópico paraíso isleño. Este fue el primer libro que Sade publicó con su verdadero nombre.
En 1800 publicó una colección de cuatro volúmenes de relatos titulada Crímenes de amor. En la introducción, Ideas sobre las novelas, da un consejo general a los escritores y hace también referencia a las novelas góticas, especialmente a El monje de Matthew Gregory Lewis, que considera superior al trabajo de Ann Radcliffe. Uno de los relatos de la colección, Florville y Courval, ha sido considerado también como perteneciente al género "gótico". Es la historia de una joven mujer que, contra su voluntad, termina enredada en una intriga incestuosa.
Mientras estaba encarcelado nuevamente en Charenton, escribió tres novelas históricas: Adelaide de Brunswick, Isabel de Baviera y La marquesa de Gange.
También escribió varias obras de teatro, la mayor parte de las cuales permanecieron inéditas. Le Misanthrope par amour ou Sophie et Desfrancs fue aceptada por la Comédie-Française en 1790 y Le Comte Oxtiern ou les effets du libertinage fue representada en el Teatro Molière en 1791.
Se han conservado y publicado varias de las cartas que escribió a su esposa desde prisión. Algunas de ellas muestran una extraña y paranoica obsesión con el significado oculto de los números.
Su obra más difundida en su tiempo y durante el siglo XIX fue Justine o los infortunios de la Virtud. Sade intentó que fuese un revulsivo en la literatura francesa de la época que consideraba moralista:
El triunfo de la Virtud sobre el vicio, la recompensa del Bien y el castigo del Mal son la base frecuente del desarrollo de las obras de este género. ¿No deberíamos estar hartos ya de este esquema? Pero presentar al Vicio siempre triunfante y a la Virtud victima de sus propios sacrificios [...] En una palabra, arriesgarme a describir las escenas más atrevidas y las situaciones más extraordinarias, a exponer las afirmaciones más aterradoras y a dar las pinceladas más enérgicas...
Carta a su amiga ConstanceLa critica deploró esta obra que se publicó anónima y circuló clandestinamente. Fue considerada obscena e impía y a su autor se le calificó de depravado: "El corazón más depravado, la mente más degradada, no son capaces de inventar algo que ultraje tanto a la razón, al pudor y a la honestidad "...el famoso Marqués de Sade, el autor de la obra más execrable que jamás haya inventado la perversidad humana"..Un escritor de la época, Ristif de La Bretonne, escribiría en contestación a Justine, La anti-Justine o las delicias del Amor. Y la contundente contestación de Sade a una virulenta crítica de otro escritor, Villeterque, hoy se ha hecho celebre (A Villeterque el fuliculario).
A pesar de que su edición fue clandestina, circuló profusamente. En vida de Sade se hicieron seis ediciones de la misma y los ejemplares pasaban de mano en mano, leyéndose de forma oculta, convirtiéndose en una novela maldita. En el siglo XIX continuó circulando clandestinamente, influyendo en escritores como Flaubert, Dostoievski y en la poesía de Baudelaire.
A principios del siglo XX, el poeta Guillaume Apollinaire editó las obras del marqués de Sade,[14] a quien consideraba "el espíritu más libre que haya existido jamás". Los surrealistas lo reivindicaron, considerándolo uno de sus principales precursores.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en Francia, un gran número de intelectuales prestaron atención a la figura de Sade: Pierre Klossowski (Sade mon prochain, 1947), Georges Bataille (La literatura y el mal), Maurice Blanchot (Sade et Lautréamont, 1949) y Roland Barthes y Jean Paulhan. Gilbert Lély publicó en 1950 la primera biografía rigurosa del autor.
Simone de Beauvoir (en su ensayo ¿Debemos llevar a la hoguera a Sade? (en francés Faut-il brûler Sade, Les Temps modernes, diciembre de 1951-enero de 1952), y otros escritores, han intentado localizar vestigios de una filosofía radical de libertad en los trabajos de Sade, precediendo al existencialismo en unos 150 años.
Uno de los ensayos en Dialéctica de la Ilustración (1947) de Max Horkheimer y Theodor Adorno se titula "Juliette, o la Ilustración y la moral", e interpreta el comportamiento de la Juliette de Sade como una personificación filosófica de la Ilustración. Del mismo modo, el psicoanalista Jacques Lacan postula en su ensayo "Kant avec Sade" ("Kant con Sade") que la ética de Sade fue la conclusión complementaria del imperativo categórico postulado originalmente por Immanuel Kant.
Andrea Dworkin veía a Sade como el ejemplar pornógrafo que odia a la mujer, apoyando su teoría en que la pornografía inevitablemente guía hacia la violencia en contra de la mujer. Un capítulo de su libro Pornography: Men Possessing Women (1979) está dedicado al análisis de Sade. Susie Bright afirma que la primera novela de Dworkin Ice and Fire, rica en violencia y abusos, puede ser interpretada como una versión moderna de Juliette
En 1800, Sade publicó Zoloé, presentado como obra anónima, en la cual hacía referencia, por medio de anagramas como d'Orsec (Corse= el Corso), a Napoleón Bonaparte y su entorno. Esto le valió, en 1801, una orden de detención dictada por el entonces Primer Cónsul. El autor de Justine y Juliette fue arrestado en la oficina de su editor y encarcelado sin un juicio, primero en la prisión de Sainte-Pélagie y luego, acusado de intentar corromper a sus jóvenes compañeros de celda, en el fuerte de Bicêtre. A instancias de su familia fue declarado demente en 1803 y trasladado una vez más al manicomio de Charenton. Su ex-esposa e hijos se ocuparon de pagar sus gastos de manutención.
Se permitió que Constance viviera con él en Charenton. El liberal director de la institución, el abad de Coulmier, lo animó a que representara varias de sus obras con algunos de los reclusos como actores, para ser presentadas al público parisino.
Sade comenzó un amorío con Madeleine Leclerc, una empleada de trece años de Charenton. La relación duró cuatro años, hasta la muerte de Sade el 2 de diciembre de 1814. Dejó su última voluntad, indicando que deseaba ser enterrado en su tierra de Malmaison, sin ceremonias, y en un montecillo de árboles, pidiendo que se plantasen bellotas sobre ella a fin de que "... las huellas de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra, como me jacto de que mi memoria ha de borrarse de la mente de los hombres". No obstante, fue enterrado en Charenton; su cráneo fue exhumado posteriormente para estudios frenológicos. Su hijo quemó todos sus manuscritos inéditos, incluida una obra en varios volúmenes, Les Journées de Florbelle.
En 1767 murió su padre, legándole varios feudos, así como el título de conde de Sade. Él, sin embargo, prefirió seguir utilizando su título de marqués, que ya había sido utilizado por su familia, aunque nunca se constituyó legalmente el marquesado de Sade. Su primer hijo, Louis-Marie, nació el 27 de agosto de ese año. Después de la muerte de su padre, podría haber vuelto con la Beauvoisin.
Sade no abandona su vida licenciosa, alterna en la corte, el 16 de abril de 1767 asciende a capitán comandante en el regimiento del maestre de campo de Caballería y sigue con su afición al teatro haciendo estrenar varias comedias. También continúa apareciendo en los diarios de Marais.[10]
El 3 de abril de 1768 (Domingo de Pascua), se produce el famoso escándalo de Arcueil. Sade acude a la plaza las Victorias de París donde recurre a los servicios de una mujer llamada Rose Keller (en aquel tiempo era lugar frecuentado por prostitutas para vender sus servicios). Rose Keller, más tarde, declara estar mendigando acusándolo de atraerla con engaños a su casa de Arcueil, donde la flageló. Sade, por orden del Rey, fue encerrado en el castillo de Saumur, desde donde fue después trasladado a Pierre-Encise, cerca de Lyon, pasando por la Conciergerie de París para declarar ante el parlamento. Estuvo en prisión siete meses.
Recobrada la libertad, el matrimonio Sade vivirá los próximos años en La Coste. Allí Sade prosigue su afición por el teatro. Monta un teatro en el castillo donde da representaciones, más adelante forma una compañía profesional y recorre con ella las ciudades cercanas con un repertorio superior a las veinte obras. A finales de 1769 viaja a Holanda donde logra que le publiquen un manuscrito. Los beneficios de esa publicación sufragan los gastos del viaje.
En el verano de 1772, acontece el conocido como caso de Marsella. Sade, tras un encuentro con varias prostitutas, es acusado de haberlas envenenado con la supuestamente afrodisíaca mosca española (nadie murió), fue sentenciado a muerte por sodomía y envenenamiento y ejecutado en efigie en Aix-en-Provence el 12 de septiembre.
Sade había huido a Italia una vez enterado que iban a arrestarlo. La leyenda cuenta que huyó en compañía de su cuñada a la que habría seducido. El 8 de diciembre, se encuentra en Chambéry (Saboya) —entonces parte del reino de Cerdeña— A instancias de su suegra, la influyente Mme Montreuil, es detenido por orden del rey de Cerdeña y encerrado en el castillo de Miolans. Mme. Montreuil pide que se le entreguen, con la mayor discreción, unos manuscritos que deberían estar en su poder. Pasados cinco meses logra evadirse, probablemente con la ayuda de Renée. Los próximos años los pasará evadido en Italia, pasando temporadas en su castillo de Lacoste donde se encuentra instalada su esposa. Su suegra, que se había convertido en su más encarnizada enemiga, obtuvo una lettre de cachet, que implicaba prisión incondicional por orden directa del rey, para lograr su arresto.
Enterado de que su madre estaba agonizando, regresa a París y, al poco de llegar, el 13 de febrero de 1777, es finalmente arrestado y encarcelado en el calabozo de Vincennes. A pesar de que en el año 1778 el caso de Marsella es revisado y la sentencia anulada, debe permanecer encarcelado a causa de la lettre de cachet. Se fugó y regresó a Lacoste, volviendo a ser capturado poco después e ingresado de nuevo en Vincennes. En prisión, escribe algunas de sus obras más famosas. En Vincennes compartió cárcel por algún tiempo con Honoré Gabriel Riqueti escritor de relatos eróticos con el que llegó a tener frecuentes enfrentamientos.
En 1784 se clausuró la prisión de Vincennes y Sade fue trasladado a la Bastilla, en París. El 2 de julio de 1789, gritó desde su celda a la gente que estaba afuera que iban a degollar a los prisioneros, provocando disturbios e incitando a la Revolución. Dos días después, fue llevado al manicomio de Charenton, donde ingresó. La toma de la Bastilla, hecho que desencadenó la Revolución francesa, ocurrió el 14 de julio, cuando Sade no se encontraba ya allí. Estaba trabajando en su obra magna, Los 120 días de Sodoma y entró en un estado de desesperación cuando perdió sus manuscritos durante el traslado. No obstante, pudo volver a escribir la obra.
Fue liberado de Charenton en 1790, después que la nueva Asamblea Constituyente aboliera la lettre de cachet. Su esposa consiguió el divorcio tiempo después. Sade quedó en una difícil situación económica.
Muchas de las obras de Sade contienen explícitas —y a menudo repetitivas— descripciones de violaciones e innumerables perversiones, que en muchas ocasiones incluyen violencia y a veces llegan a trascender los límites de lo posible. Los libertinos que protagonizan las obras de Sade fundan su filosofía en un resuelto desprecio de las normas morales y en el odio a la moral religiosa. En la naturaleza, afirman, el fuerte gana y el débil pierde; por lo tanto todas las leyes y éticas, diseñadas como son para proteger al débil, son vistas como antinaturales.
Ilustración en un impreso holandés de Juliette, c. 1800Sade ha sido un autor prolífico que se ha adentrado en los muy diversos géneros. Gran parte de su obra se ha perdido víctima de numerosos ataques; uno importante, el de su propia familia que destruyó numerosos manuscritos en varias ocasiones. Otras obras permanecen inéditas, principalmente su producción dramática (sus herederos poseen los manuscritos de 14 obras de teatro inéditas).
Se conoce que en su estancia en La Coste, posterior al escándalo de Arcueil, Sade formó una compañía de teatro que daba representaciones semanales, en algunas ocasiones de sus propias obras. También se sabe que en ese tiempo viajó a Holanda para intentar publicar algunos manuscritos. De estos trabajos, que serían si primera obra, no se conserva nada. Posteriormente, durante su viaje por Italia tomó numerosas notas sobre sus costumbres, su cultura, su arte y su política; resultado de esas notas escribe Viaje por Italia que nunca ha sido traducida al español.
Ya preso en Vincennes escribe Cuentos, historietas y fábulas. Colección de cuentos muy breves entre los que destaca con mayor extensión El presidente burlado.
En 1782, también, mientras estaba en prisión, escribió el relato corto Diálogo entre un cura y un moribundo, en el que expresa su ateísmo mediante el diálogo entre un sacerdote y un viejo moribundo, quien convence al primero de que su vida piadosa ha sido un error.
La novela Los 120 días de Sodoma, escrita en 1785, aunque no terminada, cataloga una amplia variedad de perversiones sexuales perpetradas contra un grupo de adolescentes esclavizados y es el trabajo más gráfico de Sade. Se cree que el manuscrito se perdió durante el asalto a la Bastilla. La obra no se publicó sino hasta 1904.
En 1787, Sade escribió Justine o los infortunios de la virtud, una primera versión de Justine, que fue publicada en 1791. Describe las desgracias de una chica que elige el camino de la virtud y no obtiene otra recompensa que los repetidos abusos a los que es sometida por varios libertinos. Sade escribió también L'Histoire de Juliette (1798) o El Vicio Ampliamente Recompensado, que narra las aventuras de la hermana de Justine, Juliette, quien elige rechazar las enseñanzas de la iglesia y adoptar una filosofía hedonista y amoral, lo que le proporciona una vida llena de éxito.
La novela La filosofía en el tocador (1795) relata la educación lasciva de una joven privilegiada. Está estructurada como una obra teatral y es concisa, aguda y atractiva; los personajes arquetípicos de Sade son, aquí, usados eficazmente. Se destaca también el hecho que los personajes educadores enseñan a la joven Eugenia que la madre no es digna de la admiración y devoción de su hijo, dado que es el hombre el detonante principal de la vida nueva, y la mujer sólo la que se entregó a los deseos del hombre. Por otro lado, el libro contiene un largo panfleto político ¡Franceses! ¡Un esfuerzo más si deseáis ser republicanos! en el cual Sade recomienda un socialismo utópico. Declara que las leyes contra los ladrones son absurdas: protegen a los ladrones originales, los ricos, contra los pobres que no tienen otro remedio más que robar. Argumenta además que el estado no tiene derecho a prohibir el asesinato, ya que provocan asesinatos en forma de ejecuciones y guerras. Las leyes en contra de la blasfemia son vistas como sin sentido: no son necesarias si Dios no existe, y si es que existe, seguramente no le dará importancia a ataques insignificantes. El panfleto fue vuelto a publicar y distribuido durante la Revolución de 1848 en Francia.
En Aline y Valcour (1795) contrasta un brutal reino africano con el relato de la isla de Tamoe, un utópico paraíso isleño. Este fue el primer libro que Sade publicó con su verdadero nombre.
En 1800 publicó una colección de cuatro volúmenes de relatos titulada Crímenes de amor. En la introducción, Ideas sobre las novelas, da un consejo general a los escritores y hace también referencia a las novelas góticas, especialmente a El monje de Matthew Gregory Lewis, que considera superior al trabajo de Ann Radcliffe. Uno de los relatos de la colección, Florville y Courval, ha sido considerado también como perteneciente al género "gótico". Es la historia de una joven mujer que, contra su voluntad, termina enredada en una intriga incestuosa.
Mientras estaba encarcelado nuevamente en Charenton, escribió tres novelas históricas: Adelaide de Brunswick, Isabel de Baviera y La marquesa de Gange.
También escribió varias obras de teatro, la mayor parte de las cuales permanecieron inéditas. Le Misanthrope par amour ou Sophie et Desfrancs fue aceptada por la Comédie-Française en 1790 y Le Comte Oxtiern ou les effets du libertinage fue representada en el Teatro Molière en 1791.
Se han conservado y publicado varias de las cartas que escribió a su esposa desde prisión. Algunas de ellas muestran una extraña y paranoica obsesión con el significado oculto de los números.
Su obra más difundida en su tiempo y durante el siglo XIX fue Justine o los infortunios de la Virtud. Sade intentó que fuese un revulsivo en la literatura francesa de la época que consideraba moralista:
El triunfo de la Virtud sobre el vicio, la recompensa del Bien y el castigo del Mal son la base frecuente del desarrollo de las obras de este género. ¿No deberíamos estar hartos ya de este esquema? Pero presentar al Vicio siempre triunfante y a la Virtud victima de sus propios sacrificios [...] En una palabra, arriesgarme a describir las escenas más atrevidas y las situaciones más extraordinarias, a exponer las afirmaciones más aterradoras y a dar las pinceladas más enérgicas...
Carta a su amiga ConstanceLa critica deploró esta obra que se publicó anónima y circuló clandestinamente. Fue considerada obscena e impía y a su autor se le calificó de depravado: "El corazón más depravado, la mente más degradada, no son capaces de inventar algo que ultraje tanto a la razón, al pudor y a la honestidad "...el famoso Marqués de Sade, el autor de la obra más execrable que jamás haya inventado la perversidad humana"..Un escritor de la época, Ristif de La Bretonne, escribiría en contestación a Justine, La anti-Justine o las delicias del Amor. Y la contundente contestación de Sade a una virulenta crítica de otro escritor, Villeterque, hoy se ha hecho celebre (A Villeterque el fuliculario).
A pesar de que su edición fue clandestina, circuló profusamente. En vida de Sade se hicieron seis ediciones de la misma y los ejemplares pasaban de mano en mano, leyéndose de forma oculta, convirtiéndose en una novela maldita. En el siglo XIX continuó circulando clandestinamente, influyendo en escritores como Flaubert, Dostoievski y en la poesía de Baudelaire.
A principios del siglo XX, el poeta Guillaume Apollinaire editó las obras del marqués de Sade,[14] a quien consideraba "el espíritu más libre que haya existido jamás". Los surrealistas lo reivindicaron, considerándolo uno de sus principales precursores.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en Francia, un gran número de intelectuales prestaron atención a la figura de Sade: Pierre Klossowski (Sade mon prochain, 1947), Georges Bataille (La literatura y el mal), Maurice Blanchot (Sade et Lautréamont, 1949) y Roland Barthes y Jean Paulhan. Gilbert Lély publicó en 1950 la primera biografía rigurosa del autor.
Simone de Beauvoir (en su ensayo ¿Debemos llevar a la hoguera a Sade? (en francés Faut-il brûler Sade, Les Temps modernes, diciembre de 1951-enero de 1952), y otros escritores, han intentado localizar vestigios de una filosofía radical de libertad en los trabajos de Sade, precediendo al existencialismo en unos 150 años.
Uno de los ensayos en Dialéctica de la Ilustración (1947) de Max Horkheimer y Theodor Adorno se titula "Juliette, o la Ilustración y la moral", e interpreta el comportamiento de la Juliette de Sade como una personificación filosófica de la Ilustración. Del mismo modo, el psicoanalista Jacques Lacan postula en su ensayo "Kant avec Sade" ("Kant con Sade") que la ética de Sade fue la conclusión complementaria del imperativo categórico postulado originalmente por Immanuel Kant.
Andrea Dworkin veía a Sade como el ejemplar pornógrafo que odia a la mujer, apoyando su teoría en que la pornografía inevitablemente guía hacia la violencia en contra de la mujer. Un capítulo de su libro Pornography: Men Possessing Women (1979) está dedicado al análisis de Sade. Susie Bright afirma que la primera novela de Dworkin Ice and Fire, rica en violencia y abusos, puede ser interpretada como una versión moderna de Juliette
En 1800, Sade publicó Zoloé, presentado como obra anónima, en la cual hacía referencia, por medio de anagramas como d'Orsec (Corse= el Corso), a Napoleón Bonaparte y su entorno. Esto le valió, en 1801, una orden de detención dictada por el entonces Primer Cónsul. El autor de Justine y Juliette fue arrestado en la oficina de su editor y encarcelado sin un juicio, primero en la prisión de Sainte-Pélagie y luego, acusado de intentar corromper a sus jóvenes compañeros de celda, en el fuerte de Bicêtre. A instancias de su familia fue declarado demente en 1803 y trasladado una vez más al manicomio de Charenton. Su ex-esposa e hijos se ocuparon de pagar sus gastos de manutención.
Se permitió que Constance viviera con él en Charenton. El liberal director de la institución, el abad de Coulmier, lo animó a que representara varias de sus obras con algunos de los reclusos como actores, para ser presentadas al público parisino.
Sade comenzó un amorío con Madeleine Leclerc, una empleada de trece años de Charenton. La relación duró cuatro años, hasta la muerte de Sade el 2 de diciembre de 1814. Dejó su última voluntad, indicando que deseaba ser enterrado en su tierra de Malmaison, sin ceremonias, y en un montecillo de árboles, pidiendo que se plantasen bellotas sobre ella a fin de que "... las huellas de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra, como me jacto de que mi memoria ha de borrarse de la mente de los hombres". No obstante, fue enterrado en Charenton; su cráneo fue exhumado posteriormente para estudios frenológicos. Su hijo quemó todos sus manuscritos inéditos, incluida una obra en varios volúmenes, Les Journées de Florbelle.
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